Juan Torres López
Sistema Digital
Es
 curioso que solo muy poca gente se acuerde ahora del Tratado de 
Maastricht, cuando es en él donde se encuentra el origen de los 
problemas que tiene ahora la Unión Europea. A base de muchas mentiras se
 está haciendo creer a la gente que lo que le sucede a los países que 
sufren las mayores perturbaciones es que han realizado mucho gasto 
público social y que eso ha aumentado hasta niveles insoportables el 
peso de la deuda pública, de donde deducen la exigencia de llevar a cabo
 políticas de austeridad basadas en el recorte de derechos y 
prestaciones sociales. La realidad es otra bien distinta: lo que 
verdaderamente ha hecho que crezca la deuda pública (además del impacto 
más reciente de la crisis financiera internacional y la subsiguiente 
caída en los ingresos públicos) no ha sido el incremento del gasto 
público primario (es decir, el asociado a gastos corrientes o de 
inversión), sino el dedicado a pagar intereses y la deuda que ha ido 
siendo necesaria para afrontar la deuda anterior.
Se
 calcula que los Estados europeos vienen pagando a la Banca privada unos
 350.000 millones de euros cada año en concepto de intereses desde que 
dejaron de ser financiados por sus antiguos Bancos centrales y después 
por el Banco Central Europeo (Jacques Holbecq y Philippe Derudder, ‘La dette publique, une affaire rentable : A qui profite le système ?’,
 Ed. Yves Michel, París, 2009). Esa es, pues, la verdadera losa que 
ahora lastra a las economías europeas y no en el peso insoportable, como
 quieren hacer creer, del Estado de Bienestar. No podemos cansarnos de 
repetir que si los saldos primarios que ha ido teniendo el Estado 
español desde 1989 se hubieran financiado a un interés del 1% por un 
Banco central (como es lógico que hubiera sido) el peso de la deuda 
pública española sería ahora del 14% del PIB y no el 87% actual (Eduardo
 Garzón Espinosa. ‘Situación de las arcas públicas si el estado español 
no pagara intereses de deuda pública’: http://eduardogarzon.net/?p=328).
 Esa es la demostración palpable de que son los intereses financieros y 
no el gasto social el verdadero origen de la deuda, que se quiere 
combatir a base de recortar derechos y democracia.....
 

 
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