Roberto Bissio
Red del Tercer Mundo
En un histórico fallo de mil quinientas páginas (dos veces más largo 
que “El Quijote”) emitido en Sydney el lunes 5 de noviembre, la jueza 
federal australiana Jayne Jagot declaró culpables a la calificadora de 
riesgo Standard and Poors y al banco ABN-Amro por haber mentido a los 
inversores.
Los engañados fueron doce municipios de Nueva Gales del Sur que en 
2006 compraron al banco papeles de inversión denominados “Rembrandt” a 
los que Standard and Poors había dado la nota AAA (triple A), reservada 
para las inversiones “extremadamente sólidas”.
Los papeles que llevaban el prestigioso nombre del pintor holandés y 
que en la jerga financiera se conocieron como CPDO (sigla en inglés de 
“obligaciones de deuda de proporción constante”) jamás hubieran sido 
adquiridos por los concejos municipales sin esta nota, ya que de lo que 
se trataba era de encontrar una manera segura de colocar el dinero de 
los fondos de pensión de sus trabajadores.
Pero la solidez no era tal. Los papeles colapsaron con la crisis 
financiera global y los inversores perdieron el noventa por ciento de 
los ahorros de sus funcionarios, unos dieciséis millones de dólares.....
 

 
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