Gustavo Duch 
La Jornada
Hace unas semanas, 
coincidiendo con el Día Mundial de la Alimentación, se nos alertó de una
 nueva subida de precio de los alimentos, con repercusiones que ya se 
contabilizan en los registros funerarios de los países más vulnerables, 
sobre todo en el Sahel. El argumento difundido, las malas cosechas que 
tuvo la agroindustria este año en Estados Unidos, ya sabemos que es 
mitad mentiroso, mitad incompleto y, por suerte, la información se nos 
amplía y las verdaderas causas afloran: el precio de la materia prima 
sube –como en las anteriores crisis alimentarias– (a) por las grandes 
cantidades de cereales que se destinan a elaborar combustibles 
(¿recuerdan hace seis y siete años, cuando se advirtió de los 
inconvenientes de esta nueva tecnología?); (b) por la especulación que 
de las futuras cosechas se hace en las bolsas financieras, y (c) –esto 
es más novedoso– por la cada vez mayor cantidad de tierra fértil que 
está pasando de las manos campesinas al patrimonio de bancos, empresas y
 fondos de inversión.
compro, vendo y especulode la comida a los que me refiero son, por este orden: ADM, Bunge, Cargill y Dreyfus, conocidos por sus iniciales como los ABCD de la comercialización de materia prima. Cuatro empresas con sede en Estados Unidos que, si inicialmente consiguieron dominar y controlar el mercado mundial de los granos básicos, cereales y leguminosas, han ido ampliando en los últimos años sus negocios a estas nuevas áreas.....
 

 
No hay comentarios:
Publicar un comentario