Christopher Pala. IPS
Periodismo Humano
Aumentan
las protestas mundiales para que las grandes potencias pesqueras dejen
de subsidiar flotas internacionales cuyos métodos atentan contra los
recursos marinos y reducen las capturas de los pescadores artesanales.
Los subsidios ascienden a 27.000 millones de dólares al año, de los
cuales alrededor de dos tercios proceden de China, Corea del Sur y
Taiwán, además de Japón, Estados Unidos y países de Europa, según una
investigación de la canadiense Universidad de Columbia Británica. La
mayor parte del dinero va para la construcción de barcos cada vez más eficientes para capturar las disminuidas poblaciones de peces del mundo,
y más recursos se van en compensar el creciente consumo de combustible
para adentrarse en lo profundo del mar. El resultado, según el autor
principal del estudio, Rashid Sumaila, es que los contribuyentes
financian el agotamiento de reservas marinas y el empobrecimiento de
las comunidades costeras en el extranjero.
“Una gran cantidad del pescado consumido en Europa, Estados Unidos y
Japón procede de otros países, en general pobres”, porque hace mucho
tiempo que los ricos sobreexplotaron sus propios recursos, nos dice en
entrevista telefónica. “Cuánto más pescan sus flotas en una zona, más
difícil se hace seguir pescando en ella y más subsidios piden”, explicó.
“Es de locos”, exclamó......
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