Almudena Grandes
El País
Los abanderados del sufrimiento inexorable han sufrido su primera 
gran derrota. Durante la pasada legislatura dos formaciones políticas, 
ICV y BNG, intentaron impulsar en el Parlamento una reforma de la ley 
hipotecaria que permitiera la dación en pago. El gobierno del PSOE 
rechazó ambas, en ambos casos con el apoyo del PP. Que los dos partidos 
mayoritarios escenifiquen ahora su comprensión y solidaridad hacia las 
víctimas del capítulo más sangrante del monumental escándalo de la banca
 española, es un triunfo de la calle. Los “antisistema”, los “perroflautas”, los “golpistas” y demás manifestantes, descritos como poco menos que terroristas en las tertulias del TDT Party,apoyados
 tan solo por la no menos denostada izquierda y los aún más anatemizados
 sindicatos, han logrado primero llamar la atención de los jueces, y 
después que los servidores de los intereses de los mercados —esto es, el
 gobierno español—, agache la cabeza.
 

 
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