Juan Fco Martín Seco
República.com
Los profesionales de la sanidad de Madrid llevan ya más de dos meses
en pie de guerra. Después de cinco semanas de huelga indefinida,
encierros, manifestaciones y anuncio de dimisiones, el conflicto
continúa y el gobierno regional permanece impasible, enrocado y sin
ninguna muestra de ceder un ápice. Con un gran cinismo pasa de las
manifestaciones, y es que nada o poco pierde con ellas. Los huelguistas,
para defender lo que creen justo, han hecho un gran esfuerzo económico,
sacrificando el salario de muchas jornadas; a pesar de la
responsabilidad del personal sanitario para mantener los servicios
mínimos, los pacientes, como es lógico, han sufrido deterioro o retrasos
en la asistencia; el gobierno regional, nada de nada. Poca importancia
tiene todo eso comparado con los intereses económicos en juego, que
-como se puede apreciar en el caso Güemes- van a beneficiar en el futuro
a alguno de los que hoy componen dicho gobierno.
La solución del conflicto solo puede venir de la concienciación de
todos los madrileños, asumiendo que esto no es un problema corporativo,
tal como nos quiere hacer creer el consejero Fernández-Lasquetty, sino
que afecta a todos los ciudadanos de Madrid y me atrevería a decir que
de toda España, ya que el modelo puede extenderse, y de hecho se
extiende, a otras muchas regiones. Nos estamos jugando la sanidad
pública. Únicamente la manifestación masiva de toda la sociedad podría
obligar al gobierno a dar marcha atrás.
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