jueves, 3 de enero de 2013

La mayor ofensiva contra los derechos sociales realizada desde la Segunda Guerra Mundial a escala europea

Eric Toussaint .
CADTM
 
Serie « Bancos contra pueblos: los entresijos de una partida amañada» (3a parte)
 
Que no se subestime la capacidad de los gobernantes de sacar provecho de una situación de crisis
Los grandes medios abordan de forma regular las cuestiones de un posible estallido de la zona euro, del fracaso de las políticas de austeridad en materia de relanzamiento económico, de las tensiones entre Berlín y París, entre Londres y los miembros de la zona euro, de las contradicciones en el seno del consejo del BCE, de las enormes dificultades para encontrar un acuerdo sobre el presupuesto de la UE, de las crispaciones de ciertos gobiernos europeos con el FMI a propósito de la dosificación de la austeridad. Todo esto es cierto, pero sobre todo no hay que olvidar un punto fundamental: la capacidad de los gobernantes, que se han puesto dócilmente al servicio de los intereses de las grandes empresas privadas, de gestionar una situación de crisis, incluso de caos, para actuar en el sentido demandado por esas grandes empresas. La relación estrecha entre los gobernantes y el Gran Capital no es siquiera disimulada. A la cabeza de varios gobiernos, colocados en puestos ministeriales importantes y en la presidencia del BCE, se encuentran hombres directamente salidos del mundo de las altas finanzas, comenzando por el banco de negocios Goldman Sachs. Algunos políticos de primera fila son recompensados con un puesto en un gran banco u otra gran empresa una vez que han realizado sus buenos oficios para el gran capital. No es nuevo pero es más evidente y regular que durante los últimos 50 años. Se puede hablar de verdaderos vasos comunicantes.
 
Considerar que la política de los dirigentes europeos es un fracaso porque el crecimiento económico no ha vuelto es en parte equivocarse de criterio de análisis. Los objetivos perseguidos por la dirección del BCE, por la Comisión Europea, por los gobiernos de las economías más fuertes de la UE, por las direcciones de los bancos y de las demás grandes empresas privadas, no son la vuelta rápida al crecimiento, ni la reducción de las asimetrías en el seno de la zona euro y de la UE a fin de hacer de ella un conjunto más coherente al que volviera la prosperidad.
 
Entre sus objetivos principales, hay que subrayar dos:
1. evitar un nuevo krach financiero y bancario que podría revelarse peor que el de septiembre de 2008 (las dos primeras partes de esta serie han abordado este objetivo que será de nuevo desarrollado en la cuarta parte);
 
2. utilizar varias armas (el aumento muy importante del paro, el reembolso de la deuda pública, la búsqueda del equilibrio presupuestario, el látigo de la búsqueda de la mejora de la competitividad de los estados miembros de la UE unos respecto a los otros y en relación a los competidores comerciales de los demás continentes) para avanzar en la mayor ofensiva realizada desde la Segunda Guerra Mundial a escala europea por el Capital contra el Trabajo......
 

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