Eduardo Garzón
Saque de Esquina
La mayoría de las personas interesadas en economía comparten una
creencia muy extendida: “el aumento de la oferta monetaria provoca
inflación” (es decir, que crear dinero aumenta el nivel de precios). Es
por esto que normalmente se rechaza que los bancos centrales (como el
Banco Central Europeo, responsable de la creación de dinero oficial)
cree dinero a través de cualquier tipo de mecanismo (como la compra de
deuda pública, que reduciría notablemente el coste de la misma),
alegando que ello provocaría un aumento de los precios que resultaría
muy perjudicial para la economía. Pues bien, en este post se ofrece una
explicación sencilla de por qué esa afirmación es radicalmente falsa. En
realidad, y como se comprobará, un aumento de la oferta monetaria no
tiene por qué provocar inflación. Que lo haga depende de determinados
factores que hoy por hoy no se dan en las economías occidentales, por lo
que se podrían crear elevadas cantidades de dinero sin que los precios
aumentasen (1).
La afirmación de que “crear dinero provoca inflación” proviene del
enfoque monetarista propio de la teoría neoclásica, y se basa en una
interpretación sesgada de la famosa teoría cuantitativa del dinero. En
este post se critica esa interpretación recurriendo a los planteamientos
de los economistas adscritos a la teoría monetaria moderna, y en
particular, de autores como John T. Harvey, Eric Tymoigne o Michael
Hudson.
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