Marcos Roitman Rosenmann
La Jornada
No hay tiempo para
digerir, existe una indigestión general en la ciudadanía, un hartazgo de
información que nos repite, corrupción acá, al norte, al sur, en todas
direcciones. Por la mañana, nos enteramos que la cúpula del Partido
Popular (PP) lleva años cobrando sobresueldos en dinero negro; a
mediodía nos apuntan que el primogénito de Jordi Pujol, ex presidente de
la Generalitat de Cataluña, actual secretario general de Convergencia,
cobra comisiones para financiar su organización. A la hora del café, nos
dicen que la Comunidad de Madrid paga las nóminas de los trabajadores
de las empresas privadas de la sanidad, mientras recorta personal
sanitario, a la merienda, nos atragantamos con que la ministra de
Sanidad, Ana Mato, a la sazón redactora del código ético del PP, ha
cobrado en especie más de 60 mil euros. Bolsos de marca, viajes al
extranjero, fiesta de cumpleaños de hijos y la primera comunión. En la
noche nos dicen que su ex marido, ex alcalde y destacado militante del
PP, Jesús Sepúlveda, mientras compartían lecho, recibió de la trama Gurtel,
en pago de favores, dos coches de lujo, un Jaguar y un 4X4. Ella no
responde. Sus correligionarios acusan de machista la información, al
decir que no tiene por qué saber lo que hace su esposo ni es responsable
de sus actos. Cuando estamos a punto de entrar a la cama, el yerno del
rey Iñaki Undangarín está deprimido. Su abogado dice que sufre un
empobrecimiento injusto, al pedirle el juez una fianza de 8 millones de
euros, por apropiación indebida. Eso sí, nos confirman el doping
en el ciclismo, la compra de partidos de futbol, el indulto a guardias
civiles acusados de tortura, el archivo de las investigaciones sobre la
violencia policial en las manifestaciones. Para tranquilizarnos nos
dicen que el gobierno gobierna, que todo marcha bien, que es una campaña
orquestada por enemigos de España, destinada a dañar la imagen del
país. Antes de apagar la radio, Rajoy no está para nadie. No habrá
comparecencia parlamentaria ni comisiones de investigación. El PP tiene
mayoría parlamentaria y se escuda en ella para rechazar toda petición.
Eso sí, habla con Angela Merkel y lanza loas a su ministra de Sanidad.
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