Albert Recio Andreu
Mientras Tanto
I
Cada año el INE es más aplicado en la publicación de las cifras de
empleo. Y en cada entrega las cosas son peores. Este año el paro ha
rozado los 6 millones. Si no ha llegado a esta cifra es porque más de
158.000 personas han abandonado el mercado laboral y pasado a la
categoría de inactivos. Y no se trata de personas que se han jubilado y
al menos tienen asegurados unos ingresos sino que las salidas se han
producido en los grupos de edad de menos de 55 años. O sea que en su
mayoría se trata de “trabajadores desanimados” que ante la imposibilidad
de encontrar empleo han decidido dejar de buscarlo. No se trata de una
manipulación estadística: simplemente, la forma como se mide el paro
deja fuera de tal categoría a una parte importante del ejército de
reserva que busca empleo. Pero desde una perspectiva general podemos
decir que los 6 millones se aproximan más a la situación real que los
dígitos de la cifra oficial.
La lectura detallada de la Encuesta de Población Activa permite
analizar muchas otras cuestiones que dan un cuadro bastante aproximado
de la situación laboral. Por ejemplo permite observar que la retirada
del mercado laboral sigue siendo cosa de jóvenes en general y de hombres
en particular, pero que aún han continuado llegando mujeres al mercado
laboral. Dos tercios de las nuevas buscadoras de empleo son mujeres
mayores de 55 años, algo que puede estar indicando la extrema dureza de
la situación. En el otro lado se constata la persistente destrucción de
empleo: más de 850.000 empleos volatilizados en un año, aproximadamente
un 25% en el sector público. En lo que afecta a la destrucción de empleo
sí que se experimenta un cambio importante puesto que casi la mitad de
los empleos destruidos lo ha sido en los servicios (un conjunto de
actividades que seguían generando empleo al principio de la crisis). La
construcción y la industria siguen fabricando paro en grandes
cantidades, pero el desplome de los servicios indica que los recortes
públicos y el ajuste en algunos sectores como la banca han acabado por
hundir las actividades que en otras situaciones conseguían cuanto menos
paliar la situación......
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