Francisco Morote Costa
Attac Canarias
Recientemente un bufete de
abogados neoyorkinos, el Labaton Sucharow, reveló, tras un sondeo a 500 altos
ejecutivos de Wall Street y de la bolsa de valores londinense, que el 30% de
ellos admitía que los elevados salarios y los bonos les empujaban a violar los
códigos éticos de la profesión; el 24% de los sondeados reconocía que con la finalidad
de ganar no dudarían en adoptar métodos deshonestos y en recurrir a prácticas
ilegales, y un 16% admitía, también, que no vacilaría en cometer un delito
bursatil para obtener beneficios, siempre que sus actuaciones no terminaran
enfrentándoles a la justicia.
30%, 24%, 16%, ¿unas pocas
manzanas podridas en el cesto financiero?
Seguramente muchas más de lo que refleja
estas cifras. Algo huele a podrido y no precisamente en Dinamarca.
¿Donde están las pruebas?
Últimamente se acumulan por
doquier. Tomemos un par de casos.
El HSBC, el mayor banco
británico, no tuvo el menor reparo,
durante ocho años, en blanquear más de 15.000 millones de dólares de organizaciones
vinculadas al tráfico de drogas y al terrorismo, según ha puesto de relieve una
investigación dirigida por el senador estadounidense Carl Levin.....
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