Jesús Gellida
(Vía Rebelión)
Estamos en un tiempo donde se está profundizando en el discurso sobre la
responsabilidad de cada cual en su situación personal, tanto social
como laboral. Es obvio que siempre se tiene que poner voluntad propia
para mejorar pero lo que no se de recibo es que se quiera atribuir toda
la responsabilidad de la situación de precariedad a las clases
populares. Un ejemplo claro de este discurso fueron las declaraciones de
Rajoy en el Congreso de los diputados cuando justificó la rebaja de un
10% de la prestación por desempleo a partir del séptimo mes para
incentivar la busqueda de empleo. Esta argumentación forma parte de todo
un proceso de criminalización de las personas desempleadas. Ahora
resulta que casi 6 millones de parados a nivel estatal (1) lo son porque
quieren, porque les encanta vivir de prestaciones, subsidios y ayudas
varías, y que supuestamente, según Rajoy les hace falta cobrar menos
para incentivarlos a encontrar trabajo. El problema es que no se
invierte para crear empleo sino todo lo contrario se aplican toda una
serie de recortes que lo único que hacen es profundizar en la
destrucción de empleo y en la precarización del poco que se crea.
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