Público.es
La estrategia es recurrente: la crisis justifica tomar medidas
urgentes. Las medidas urgentes son necesarias pero no necesariamente
deben ser las que se están tomando. En España, la opción hegemónica
desde el estallido de una crisis pseudo paranormal (presentada como
meteorológica, anónima y sin progenitores) ha sido endeudarse
públicamente. Más concretamente, la maniobra elegida ha sido una
política de reestructuración de la deuda, diseñando vasos comunicantes
entre la deuda pública y un selecto sector privado. En estos años, el
importe global de la deuda en España ha aumentado de 352,4% del PIB en
2008 a 395,7% en 2011. Detrás de cada gran número, siempre hay mucha
letra pequeña. Desmenuzar un poco esta grandilocuente magnitud permitirá
esclarecer ciertos matices que ayuden a entender qué transición se está
llevando a cabo.
Por mucho que se diga, el caso en España no es el griego. En 2007,
España sólo tenía deuda pública del 36% del PIB; en Grecia, este importe
ascendía al 165% del PIB para ese mismo año. El gran problema de la
economía española era la deuda, la deuda privada. Desde 2001 a 2008, la
deuda privada pasó del 100% al 200% del PIB. El boom español se basaba
en la industria del crédito. Otros países como Estados Unidos, adicto a
la crédito-política, necesitó 22 años (1984 a 2006) para un crecimiento
tan exponencial del endeudamiento privado. La cuestión, per se,
no es el volumen de la deuda privada, sino el “para qué” de ese alto
nivel de endeudamiento......
No hay comentarios:
Publicar un comentario