sábado, 18 de agosto de 2012

Reacción contra el sistema neoliberal y el déficit democrático vigente

Celia Castellano Aguilera
Rebelión
 
La lucha contra el sistema neoliberal y el déficit democrático derivado de éste se hace patente a diario, pese a la inopia y la desesperanza en la que vive gran parte de la sociedad. Las contiendas de antaño contra sistemas económicos y políticos nos han demostrado que el poder reside en los ciudadanos; incluso en estados autocráticos como la Alemania Nazi, las cúpulas de Auschwitz hubieron de divulgar vídeos en los que mostraba la discriminación de los judíos como algo de pleno bienestar para ellos, aislados en “guetos” y campos de concentración pero felices y en familia, con tal de obtener cierta aprobación de la población de sus prácticas segregacionistas y ocultación del exterminio; del mismo modo, Stalin se dedicaba a modificar fotos para que no mostraran a los dirigentes comunistas que iba matando que le pudiesen hacer algún tipo de sombra o deslegitimar sus políticas, como ocurrió con Trostky. U otro ejemplo de esto es la legitimación carismática, pretendiendo así Hitler la aceptación de los valores del régimen mediante la invocación del Romanticismo alemán, o Mussolini del fascismo mediante el símbolo de la Roma imperial con la memoria de los Fascios, los Lictores, etc.
 
Es decir, pese a ser Estados con el monopolio de la violencia, la manipulación y demagogia que efectuaron los ejemplos citados, demuestra cómo hasta ellos eran conscientes de que un gobierno no puede continuar a perpetuidad sino lo legitima el pueblo. Lo mismo ocurre con un sistema democrático, principio del que debemos sacar dos conclusiones:

1) el poder es del pueblo y de las organizaciones que se movilicen bajo el respaldo de los principios democráticos; el pueblo puede cambiar el orden de las situaciones y estructuras político-sociales si el pueblo trabaja unido.
 
2) en este contexto, obviamente, la manipulación de los medios de comunicación de masas es constante, tanto desde campañas de deslegitimación de los movimientos sociales como ha ocurrido con el 15M, como de censura de información y, especialmente, como moldeadores del imaginario colectivo mediante la publicidad, la propaganda, y la información que cada vez se rige más por la lógica del beneficio económico, pasando de ser el denominado “cuarto poder” , la voz de la ciudadanía, vigía de la clase dirigente, a ser la vigilante del pueblo que procura la aceptación de la ortodoxia vigente mediante la criminalización de todo aquello que se salga de la doctrina......
 

 

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