martes, 14 de agosto de 2012

¿Crisis económica o moral?

Augusto Klappenbach.
Público.es

Sorprende que la Conferencia Episcopal Española, tan proclive a pronunciarse no solo sobre lo divino sino también sobre todo lo humano que no merece su aprobación, no haya hablado sobre una crisis económica que dura ya casi cinco años y castiga a la mayoría de la población, incluyendo a muchos de sus fieles. A título personal, el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha pronunciado una homilía que contiene algunas críticas atinadas sobre los escandalosos beneficios de las instituciones financieras y sus sueldos blindados, a los que califica de inmorales.
 
Sin embargo, no puede evitar una explicación del origen de la crisis que se repite con frecuencia y que es menos inocente de lo que parece. “En la medida en que Occidente ha ido perdiendo sus raíces cristianas se invierten sus valores, colocando el tener por encima del ser. Es el motivo último por el que nuestra sociedad se encuentra al borde de la quiebra.” Y no se priva de repetir la consabida reprimenda a todos nosotros, sobre la cual he escrito en Público (1/8/12): “Es obvio que estamos ante un pecado del que todos hemos sido cómplices”.
 
La raíz del problema habría que buscarla en el avance de la avaricia y la deshonestidad, que han puesto el afán de lucro por delante del bienestar de la sociedad. Este enfoque del problema implica la suposición de que antes de la crisis los valores éticos gozaban de mejor salud que en el presente y que se han deteriorado con el paso del tiempo. Porque el término “crisis” alude a un cambio, a una situación que no es permanente sino que se produce en un momento dado y que se resuelve bien o mal en un periodo limitado.....
 

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