Salim Lamrani
Red Voltaire
La Unión Europea apuesta por la austeridad como medio de enfrentar la
crisis económica, pero al mismo tiempo se embarca en la adopción de un
plan destinado a salvar –con la inversión de fondos públicos– los bancos
privados que se hallan al borde de la quiebra por causa de su mala
gestión. ¿Es esa la única solución viable? El profesor Salim Lamrani nos
presenta el caso de Islandia, un ejemplo que los medios de comunicación
y los aprendices de mago de la finanza europea prefieren pasar por
alto.
El 6 de marzo de 2012, más del
93% de los electores islandeses que participaron en un referendo se pronuncian
contra el pago de casi 4 000 millones de dólares al Reino Unido y a los Países
Bajos, monto correspondiente a las deudas acumuladas por los bancos islandeses
quebrados.
Ante la crisis económica, la Unión Europea ha
elegido el camino de la austeridad y ha decidido salvar a los bancos. Islandia,
en cambio, procedió anteriormente a la nacionalización de las instituciones
financieras y rechazó las políticas de restricción presupuestaria. Hoy presenta
una tasa de crecimiento de un 2,7% en 2012, y hasta el Fondo Monetario
Internacional (FMI) saluda la recuperación económica de ese país.
En septiembre de 2008, cuando la
crisis económica y financiera golpeó a Islandia, pequeño archipiélago del norte
de Europa con una población de 320 000 habitantes, el impacto fue desastroso,
como en el resto del continente. La especulación financiera llevó a la quiebra
a los tres principales bancos islandeses, cuyos activos representaban una suma
diez veces superior al PIB de la nación, con una pérdida neta de 85 000
millones de dólares.....
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