Albert Recio Andreu
Mientras Tanto
I
La crisis de Bankia, como a su escala lo fue la de Lehman Brothers,
representa un importante salto cuantitativo en nuestra particular crisis
local. El plan de salvación diseñado por el Gobierno aumenta en un
17,5% la ayuda pública al sector financiero (avales, compra de activos y
ayudas directas) y supone más de la mitad de todas las ayudas directas
realizadas hasta ahora al sector bancario. Representa nada menos que la
quiebra encubierta de la tercera entidad financiera del país. Y, al
poner al descubierto el entramado contable con el que se había sostenido
la ficción de la solidez de la banca española, obliga a ponerse en
alerta sobre el conjunto del sistema. Al fin y al cabo, las auditoras
que habían certificado su salud y la inspección del Banco de España y de
la Comisión Nacional del Mercado de Valores que las había dado por
buenas, son las mismas entidades que han supervisado todo el sistema. No
hay ninguna seguridad en cuanto a que también hayan fallado en otros
casos. Más que un fracaso local, el crac de Bankia constituye un fracaso
sistémico del modelo de regulación financiera.
II
El caso de Bankia es ejemplar no sólo por su magnitud, sino también
por el proceso al que se ha llegado. El conglomerado Bankia-Banco de
Finanzas y Ahorro se constituyó como parte del saneamiento del sistema
financiero español (y también, en parte, con la voluntad de crear un
gran grupo financiero directamente controlado por el Partido Popular).
Se sabía desde el principio que las cajas más importantes que se
plantearon la fusión (Cajamadrid y Bancaja, y su filial Banco de
Valencia) estaban entre las más endeudadas del país......
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