Jesús González Pazos y Mugarik Gabe
Rebelión
En los últimos tiempos nos hemos visto obligados a centrarnos en lo
que ocurre en nuestro más cercano alrededor. Los golpes propiciados por
el poder económico y financiero y sus fieles administradores políticos
nos han ubicado en una realidad cruda, difícil, que siempre habíamos
creído lejana, endémica de los llamados países del sur. Esos que,
principalmente en América Latina y, especialmente, en las décadas de los
80 y 90 del ya pasado siglo, sufrían los ajustes estructurales, los
graves problemas de la deuda, la pérdida continuada de derechos
sociales, políticos o laborales y las privatizaciones dictadas por
entidades como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional. Qué
lejos nos parecía aquello que, fácilmente, podíamos casi ignorar y
seguir mirando nuestro ombligo y respirando hondo, satisfechos, por
haber tenido la suerte de no haber nacido en esos países.
Hoy,
todo eso nos golpea, ya no en nuestra puerta sino en nuestros propios
cuerpos y mentes. Todo eso y más está aquí, se ha instalado y la crisis
que la vieja clase política calificaba en el 2008 como algo coyuntural,
cíclico en el capitalismo y que no podía traernos nada más grave que
alguna medida de ajuste pasajero, se nos muestra como una crisis
estructural. En realidad como una crisis de crisis y, por tanto,
añadiendo a ese carácter estructural, sistémico, la característica de
civilizatoria. Por que l a suma de todas las crisis constituye la crisis
civilizatoria del modelo socio-político, económico, cultural e
ideológico occidental que, por su carácter dominante, aunque en declive,
se encarna como crisis planetaria.......
No hay comentarios:
Publicar un comentario