Manuel Castells
La Vanguardia
Rajoy ha hecho el ridículo ante el mundo asegurando primero que España
no necesitaba rescate, nacionalizando Bankia sin tener dinero para
pagarla y, finalmente, apelando a un rescate diciendo que no era tal
sino tan sólo ayuda financiera para los bancos y no al Gobierno, sin
consecuencias sobre las políticas económicas. Siendo así que los fondos
de recapitalización van al FROB, o sea al Gobierno, y que, como le han
recordado desde la Comisión Europea, el Gobierno es el responsable en
último término de la deuda contraída. Es más, la troika supervisora
(BCE, CE y FMI) ha condicionado la continuidad del crédito de 100.000
millones al cumplimiento de objetivos macroeconómicos y a la continuidad
de las "reformas" (léase más recortes de prestaciones sociales y empleo
público). Alusiones irónicas al orgullo español, que se niega a aceptar
la realidad de economía asistida (de hecho intervenida desde mayo del
2010), llenan páginas de la prensa internacional. Lo que sería
simplemente un nuevo episodio tragicómico de nuestra impresentable clase
política si no fuera porque tiene consecuencias graves sobre la
credibilidad del rescate con relación a mercados e inversores. Así que
tras haber hipotecado aún más el país, asumiendo desde el Estado la
insolvencia de la gran mayoría de las instituciones financieras, la
prima de riesgo sigue por encima de los 500 puntos de diferencial con
Alemania y el tipo de interés de los bonos a diez años cerca del nivel
de alarma del 7%. Y la jactancia de que hemos conseguido mejores
condiciones que Grecia, Portugal e Irlanda ha provocado la lógica
demanda de dichos socios de obtener condiciones equivalentes, reabriendo
la negociación de sus rescates.
Es cierto, sin embargo, que la debilidad de la economía española no está en la economía propiamente dicha, una vez superada la burbuja inmobiliaria, sino en el nivel de endeudamiento privado, en la insolvencia de entidades financieras, de empresas y de hogares......
Es cierto, sin embargo, que la debilidad de la economía española no está en la economía propiamente dicha, una vez superada la burbuja inmobiliaria, sino en el nivel de endeudamiento privado, en la insolvencia de entidades financieras, de empresas y de hogares......
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