La Jornada
Por todas partes,
austeridad es la exigencia del día. Claro que pareciera haber algunas
excepciones, momentáneamente, en unos cuantos países –China, Brasil, los
Estados del Golfo y, quizá, unos cuantos más. Pero éstas son
excepciones a la demanda que permea el sistema-mundo hoy. En parte, esta
demanda es absolutamente trucada. En parte, esto refleja un problema
económico real. Pero, ¿cuáles son los puntos?
Por un lado, el increíble desperdicio de un sistema capitalista en
verdad condujo a una situación en que el sistema-mundo está amenazado
por su real incapacidad para continuar consumiendo globalmente en el
nivel en que el mundo lo ha estado haciendo, sobre todo porque el nivel
real de consumo incrementa de un modo constante. Estamos agotando de
hecho los elementos básicos para la sobrevivencia humana, puesto que el
consumismo ha sido la base de nuestras actividades productivas y
especulativas.
Por otro lado, sabemos que el consumo global es muy desigual, tanto
entre países como dentro de los países. Es más, la brecha entre los
actuales beneficiarios y los actuales perdedores crece con persistencia.
Estas divergencias constituyen la polarización fundamental de nuestro
sistema-mundo, no sólo en lo económico, sino también política y
culturalmente......
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