Alberto Recio Andreu
Mientras Tanto
De las grandes crisis se sale con cambios estructurales en el
funcionamiento de la economía, en su regulación, en sus instituciones.
El impacto desigual de las crisis en distintos territorios es en parte
resultado de su distinta estructura, de su posición en la economía
global. Un buen diagnóstico de la situación es básico para promover
respuestas adecuadas. Lo que no siempre supone que éstas sean fáciles de
aplicar ni que tengan resultados inmediatos, de igual modo que una
enfermedad puede estar bien diagnosticada y en cambio desconocerse la
forma de combatirla.
La economía española padece unos problemas que explican su
diferencial de destrucción de empleo, la mayor gravedad de la situación.
Al principio de la crisis se hicieron algunos diagnósticos acertados,
quizas porque eran tan fáciles de reconocer que no se requería un gran
nivel de experiencia profesional para llevarlos a cabo. Uno era el papel
del sistema financiero a escala global. El otro, más local, era culpar
de los males del problema al hiperdesarrollo constructivo. Los poderes
financieros han conseguido aguar la insistencia en reformas profundas de
su actividad, en gran medida porque han logrado endosar el problema del
endeudamiento a los estados y transformar así una crisis de
endeudamiento privado en políticas de ajuste público. En los últimos
meses en España los problemas de la deuda exterior, la prima de riesgo y
los recortes públicos han vuelto a dejar fuera de foco la cuestión
primordial de la deficiente estructura productiva del país.....
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