Isidro López.
Diagonal
La discusión acerca de si el gobierno de Rajoy va a pedir o no el
rescate es, en gran medida engañosa. Como ya hemos explicado en otras
ocasiones, España lleva intervenida desde, al menos, verano de 2011 bajo
un mecanismo de intervención al que, a falta de un nombre mejor, hemos
llamado rescate por goteo.
A partir de aquí, y a falta de la cantidad necesaria para un rescate a
la griega, en España el problema de la UE, BCE, Alemania y las finanzas
es disciplinario y consiste en vincular visiblemente las operaciones de
alivio de la carga de la deuda a las contrapartidas en términos de
recortes y privatizaciones. Esto se puede hacer manteniendo la
apariencia de soberanía nacional del gobierno de España, el mecanismo
preferido por la UE, o mediante una formula de intervención más
contundente que visibilice el poder europeo y que, por tanto, lo exponga
a una confrontación directa con la ciudadanía sin el “tapón” del
gobierno nacional.
La primera fórmula, más cauta políticamente, es la que esta ahora mismo funcionando, bajo la estela del impasse que causó el anuncio de compras, o las compras efectivas -esto nunca se sabe- de bonos nacionales por parte del BCE.
No poder desplegar plenamente los mecanismos del rescate puede
ralentizar, y está ralentizando, los tiempos de control de los recursos
por parte de los agentes transnacionales pero las pausas tácticas no
pueden durar para siempre, y ya se está exigiendo al gobierno de Rajoy
el anuncio de nuevas series de recortes, probablemente en el
subsidio de desempleo y en la edad de jubilación, y nuevos ataques a
sueldos y puestos de trabajo de personal del sector público.
Estos recortes van a coexistir con anuncios de recortes y
privatizaciones en sanidad y educación a escala autonómica que, con
distintas temporalidades, van a reforzar el malestar que generen las
decisiones del Estado.....
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