Vicenç Navarro
Público.es
Este artículo señala las razones
por las cuales la deuda publica de los países perifericos de la
Eurozona es artificialmente exagerada y que se debe al excesivo poder
que el capital financiero tiene hoy en tal zona. El artículo indica que
tal deuda no debería pagarse, pues su nivel responde a unas prácticas
que no deberían aceptarse.
La deuda pública acumulada por los
países de la Eurozona es impagable. Ha alcanzado un nivel que los
Estados no podrán pagar. Esto aplica prácticamente a todos los países,
pero muy en especial a los países antes llamados PIGS (Portugal,
Irlanda, Grecia y Spain), y ahora GIPSI (con el añadido de Italia). En
todos ellos la deuda pública está por encima de los niveles permitidos
en el Tratado de Maastrich, que estableció las condiciones que los
países debían seguir para entrar y permanecer en el euro.
Frente a esta
situación deberían hacerse dos preguntas. Una es ¿cuál es la
consecuencia de que los Estados no paguen la deuda? Y la otra, ¿debería
pagarse tal deuda? En realidad, los Estados no deberían pagar la deuda,
incluso en el caso de que pudieran hacerlo, pues esta deuda es exagerada
y la cantidad de intereses que se ha forzado a los Estados a pagar para
poder conseguir dinero, es decir, para que la banca comprara bonos
públicos del Estado, es artificialmente alta e inmoral. Y digo inmoral
porque esta exigencia de que los Estados paguen intereses altos se basa
en que ha sido la propia banca, a través de su lobby, el Banco Central
Europeo, la que ha creado la situación intolerable en la que los Estados
no tenían otro remedio para conseguir dinero que pagar tales intereses
exageradamente altos, pues el Estado no podía pedir prestado dinero del
BCE (mientras que los bancos sí que podían).....
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