Juan Torres López
Ganas de Escribir
Al acabar la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Versalles de 1919
hizo responsable a Alemania de "todos los daños y pérdidas" causados
como consecuencia del conflicto y en su virtud le obligó a hacer frente a
"reparaciones" millonarias que, después de diversos aplazamientos y
anulaciones, terminó de pagar en octubre de 2010.
Muchos
economistas y políticos de la época, y entre ellos el más famoso de
entonces, John Maynard Keynes, mostraron que era imposible que Alemania
pudiera pagar esas reparaciones sin empobrecerse trágicamente y sin que
así se ocasionasen problemas peores que los que se trataba de resolver. E
hicieron ver que incluso sería mucho más útil para los propios aliados
promover el desarrollo de la industria y el comercio en Alemania que
obligarle a hacer frente a unas cantidades que estaban completamente
fuera de su mermada capacidad de pago. Con dramática lucidez, el
economista inglés advirtió en su libro Las consecuencias económicas de la paz,
que "si nosotros aspiramos deliberadamente al empobrecimiento de la
Europa central, la venganza, no dudo en predecirlo, no tardará”. Así
fue.
Años más tarde, las cosas han cambiado mucho. La puesta en
marcha del euro a pesar de que se sabía que la unión monetaria estaba
mal diseñada, que no contaba con suficientes mecanismos e instituciones
de compensación y reequilibrio y que las perturbaciones y los shocks
asimétricos iban a ser constantes, inició una especie de guerra
económica que esta vez ha ganado Alemania pero, al final, a costa de
sufrir también las consecuencias negativas de todo tipo que siempre
están asociados a los conflictos que provocan las estrategias de
ocupación....
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