José Antonio Pérez
ATTAC Madrid
“Me predicas constantemente el evangelio del ahorro y la
abstención. Perfectamente. De aquí en adelante, voy a administrar mi
única riqueza, la fuerza de trabajo, como un hombre ahorrativo,
absteniéndome de toda necia disipación”.
El Partido Popular, que además del Gobierno central, extiende su
égida a lo largo y a lo ancho de los distintos gobiernos regionales, ha
anunciado ya las primeras medidas económicas. Parapetado en su bunker de
la Moncloa, Mariano Rajoy ha lanzado a sus ministros a emprender,
tijera en mano, la primera tanda de recortes presupuestarios. Recortes
que afectan sobre todo a las capas de población más débiles. Ha
congelado el salario mínimo, una medida que ni siquiera sus propios
votantes ven con agrado. El PP ha efectuado una demagógica subida de las
pensiones, un ridículo 1%, que en la realidad de traducirá en una
bajada de la cuantía efectiva tan pronto entre en vigor el nuevo
incremento del IRPF.
Es admirable el fervor con que la derecha política, tanto española
como foránea, ahora que se ha hecho con las riendas del poder, defiende
la austeridad en las cuentas públicas. Una austeridad poco creíble,
puesto que la aplican recortando cuanta paja ven en ojo ajeno, olvidando
el desmesurado tamaño de la viga que llevan en el ojo propio.
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