Varios autores
Rebelión
Las aguas del sistema comunicativo bajan revueltas. Ante tanta
incertidumbre urge abrir un debate clarificador sobre las principales
problemáticas de la agenda comunicativa.
1. Comunicación y deterioro democrático
Hay un contraste brutal entre las dinámicas sociales participativas -se
comparten ideas y recursos por las redes- y el deterioro de las
democracias. Éstas están cada vez más orientadas a seguir, incluso
contra los electorados, los dictámenes de los agentes financieros
metamorfoseados en prescriptores y dirigentes de las políticas públicas
en nombre de los mercados. Redefinir y regenerar las democracias son
tareas del presente, lo que no es posible sin introducir,
simultáneamente, factores de igualación social y de reconocimiento de
las diversidades que reconcilien a la sociedad con la utilidad de la
gestión pública.
Siendo la comunicación un eje transversal de
las construcciones democráticas, tanto nacionales como globales, son
imprescindibles la democratización y diversidad de las comunicaciones y
de sus agentes y el reconocimiento de los derechos sociales a la
comunicación y la información.
2. Aumenta la concentración y disminuye el pluralismo
Al socaire del cambio tecnocomunicativo y de la crisis, y como
expresión de los vientos neoliberales en Europa, se está produciendo una
nueva e intensa concentración comunicativa y cultural. La situación se
agrava cualitativamente puesto que los nuevos actores (Google, Apple,
Facebook, Amazon, plataformas web de música, audiovisual, información…)
traen consigo un modelo de concentración mucho más global que el de las
industrias culturales transnacionales o nacionales, con muy pocos
actores -cuando no monopolios a escala planetaria- en todos los campos
de las redes, plataformas o servicios. Los propios viejos oligopolios
audiovisuales o editoriales negocian su lugar en la nueva cadena de
valor en la red.....
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