lunes, 9 de enero de 2012

Deuda y democracia

León Bendesky
La Jornada
 
Es mucho lo que está en juego con la crisis financiera mundial. Las repercusiones no se restringen al entorno de la economía y su capacidad de crecimiento. Ese es sólo el terreno de un conflicto más amplio y potencialmente decisivo.
 
La incapacidad de crecer en medio de recursos disponibles, empezando por la gente, es una incongruencia. El paro es un verdadero desperdicio impuesto por la manera en que se define el uso del dinero y el capital. En este caso aparece como una dislocación de los mercados de financiamiento, cuya función esencial es canalizar el ahorro a sus mejores usos. Hoy, esa función es prácticamente nula.

El crédito puede contribuir a generar valor, pero no siempre lo hace. En las crisis las relaciones financieras y las corrientes de los recursos tienden a destruirlo, aunque no lo eliminan por completo, mientras su distribución se sesga a favor de los acreedores.....

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