Alejandro Nadal
La Jornada
En medio de la más grave crisis de la economía capitalista a escala
mundial, el deterioro ambiental ha sido relegado a un plano secundario.
Es cierto que algo se habla sobre la pérdida de biodiversidad o el
cambio climático. Pero en los hechos el medio ambiente no es prioridad.
Los
términos del debate sobre la crisis los ha impuesto la derecha y en su
pantalla de radar el problema ambiental siempre ha ocupado un lugar
subsidiario. Por eso no sorprende que ahora que los centros de poder
castigan con austeridad fiscal y promueven la destrucción de cualquier
vestigio del estado de bienestar, el medio ambiente brille por su
ausencia. Y cuando se le pretende tratar como tema prioritario, la
realidad es que sólo es para mantener el proyecto neoliberal a escala
global.
El Programa de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente
(PNUMA) promueve desde hace ya tres años una serie de proyectos que se
encuadran dentro de lo que ha bautizado como la Iniciativa de Economía
Verde (IEV). Este proyecto define a una economía verde como el
resultado de mejoras en el bienestar humano y equidad social, al mismo tiempo que se reducen los riesgos ambientales y la escasez ecológica. El PNUMA sostiene que el manejo eficiente de los recursos ambientales ofrece oportunidades económicas importantes. Finalmente, afirma que una economía verde debe ser baja en el uso de combustibles fósiles y socialmente incluyente....
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