Nuria Alonso
Econonuestra
El nuevo presidente del gobierno anunció en su discurso de
investidura el ahorro presupuestario de 16.500 millones de euros. En
estos días, la vicepresidenta del gobierno y los responsables de los
ministerios de hacienda, economía y empleo, han anunciado de improviso
la necesidad de generar otros 20.000 millones con medidas
“extraordinarias” de recortes de derechos sociales y elevación de
impuestos. Una de las medidas que más comentarios ha suscitado ha sido
la subida de la tarifa del IRPF.
Es un hecho evidente que en
campaña electoral se anunció que no iba a haber subidas de impuestos y
aquí las tenemos a las primeras de cambio. Según palabras de la
vicepresidenta del gobierno esta es una “subida temporal de determinados
impuestos que se cifra en los principios de justicia y equidad”. En
realidad se trata de hacernos creer que la medida es progresiva al
establecer una recarga de la tarifa desde el 0,75% para las rentas hasta
17.707,20 euros hasta un 7% en el último tramo (escalón de más de
300.000 euros).
En este sentido, hay que hacer las siguientes precisiones:
-
La progresividad fiscal no puede entenderse como una cuestión aislada,
hay que partir de la situación actual del sistema impositivo español en
el que influyen las reducciones de la progresividad de la tarifa de los
últimos 12 años, los fallos recaudatorios y el fraude fiscal, la
eliminación de impuestos directos que dotaban de progresividad al
sistema como el impuesto sobre el patrimonio o el de sucesiones, el
nivel del impuesto de sociedades, los paraísos fiscales, etc. Todo este
conjunto de hechos ha reducido la progresividad de un sistema que no se
ha caracterizado por su elevado nivel histórico de equidad.....
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