Versvs
Buscando la raiz de las guerras del copyright
que estamos viviendo, hay que remontarse hasta el origen mismo de la
informática moderna. Hasta esos grupos de académicos que en los años 70
aprovecharon la visión que los estrategas habían esbozado una década
antes para la investigación y la inteligencia militar. Fueron ellos
quienes comenzaron a extender una red y a desarrollar nuevas prácticas y
nuevo conocimiento en ella. Gracias a la visión de aquellos pioneros,
un par de décadas después (ya en los años 90) la verdad flotaba en el
ambiente: la llegada de la «sociedad de la información» era inminente y, con ella, también la de la economía basada en la información.
Desde que esa noción fue asumida, quienes controlaban los aparatos de poder han tenido un sueño húmedo: el de proveer a los usuarios acceso inmediato y de pago
a todas la información que deseen... cobrando lo máximo posible por
cada una de ellas. Esta ambición ha chocado una y otra vez con un muro
hasta ahora infranqueable: Internet hace tremendamente difícil bloquear
el uso que se hace de la información y, en consecuencia, forzar a cada
usuario a pagar cada vez que desea acceder a algo.
Por el contrario, lo que surgió desde el comienzo fue un nuevo tipo de economía: la economía de la atención. Las estrategias para lograr el cumplimiento de aquel viejo sueño han sido varias: la recentralización de la Red, tanto a nivel de software como a nivel de hardware han pretendido en todo momento devolver a los usuarios a un estado de independencia y autonomía inferior al que disfrutaban......
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