Mariano Blejman
Página 12
Si todo sale mal, el 23 de enero podría “apagarse” Internet en señal
de protesta. Como puede deducirse de nuestra vida cotidiana, Internet
cambió las reglas del juego en el arcaico mundo de la propiedad
intelectual, y las empresas que durante años han manejado estos negocios
han decidido dar su último gran manotazo de ahogado. En octubre, el
senador republicano de Texas, Lamar Smith, presentó una propuesta de
legislación que se dio a conocer como SOPA (Stop Online Piracy Act, o en
español algo como “acta para detener la piratería en línea”). El 24 de
enero se tratará nuevamente esta ley en el Congreso de Estados Unidos y
tiene como argumento central la “defensa del trabajo norteamericano” y
el ataque a la piratería, que estaría haciéndole perder 58 mil millones
de dólares a la industria del entretenimiento y 19 millones de puestos
de trabajo. La ley tiene el apoyo de unas 120 entidades que van desde
proveedores de Internet como ComCast, la Copyright Alliance, editoriales
como la MPA, sellos discográficos como Sony, Emi u organizaciones
farmacéuticas. El espíritu de la propuesta legislativa es convertir a
proveedores, plataformas y servicios de Internet en policías
responsables de sus acciones a un nivel jamás atrevido: por ejemplo, si
alguien postea un link en cualquier sitio o red social, o sube contenido
del cual no tiene derechos, el gobierno tendrá derecho a bloquear estos
sitios si están fuera de Estados Unidos. Censura lisa y llana....
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