Ricardo Molero Simarro
Diagonal
El
autor, del consejo de redacción de www.economiacritica.net, repasa las
trampas del proceso de integración europeo para las economías
periféricas y propone una alternativa inspirada en el Plan Keynes.
El 9 de diciembre los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la zona euro adoptaron su enésimo acuerdo para intentar salvar la moneda única. Una vez más, confiaron dicha salvación al equilibrio de las cuentas públicas. La obligación de limitar por vía constitucional el déficit, que en verano nuestro Parlamento aprobó sin consulta democrática alguna, fue adoptada como norma común. Esta limitación se ha convertido en una de la claves para asegurar la imposición de las medidas de ajuste estructural a lo largo y lo ancho del continente. La UE no ha hecho sino arrogarse el papel desempeñado por el FMI en África, América Latina y Asia en los ‘80 y ‘90, con lo que las consecuencias del ajuste comienzan a ser las mismas: una perpetuación de la recesión económica y una cada vez más profunda dislocación social.
El 9 de diciembre los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la zona euro adoptaron su enésimo acuerdo para intentar salvar la moneda única. Una vez más, confiaron dicha salvación al equilibrio de las cuentas públicas. La obligación de limitar por vía constitucional el déficit, que en verano nuestro Parlamento aprobó sin consulta democrática alguna, fue adoptada como norma común. Esta limitación se ha convertido en una de la claves para asegurar la imposición de las medidas de ajuste estructural a lo largo y lo ancho del continente. La UE no ha hecho sino arrogarse el papel desempeñado por el FMI en África, América Latina y Asia en los ‘80 y ‘90, con lo que las consecuencias del ajuste comienzan a ser las mismas: una perpetuación de la recesión económica y una cada vez más profunda dislocación social.
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