jueves, 2 de febrero de 2012

Por una economía democrática

Pablo Sanz
Rebelión
 
I
El Sistema global hoy dominante se nos había presentado en la teoría y política económica como eminentemente racional. Antes de 2008 parecía capaz de determinar los libres impulsos de los agentes económicos en el Mercado, dónde interactuaban los egoísmos particulares en supuesta armonía, movidos por una “Mano Invisible”, tal como la formuló Adam Smith en su Teoría de los sentimientos morales (1759).
 
Resulta que la realidad ha hecho sucumbir a la fuerza todos estos planteamientos y esquemas racionalistas del Mercado Perfecto. Todo eran espejismos, humos y burbujas. El Mercado ni es “Perfecto”, ni puede serlo, ni existe un galimatías denominado Libre Mercado así como tampoco la supuesta Mano Invisible, que ciertamente ni es una ni es invisible (Mercados Financieros y Gobiernos).
 
Después de la 2º Guerra Mundial, el mundo “libre” parecía navegar viento en popa impulsado por la creación de una serie de organismos desde Bretton Woods: el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario Internacional… Todos ellos junto con la Reserva Federal y los demás Bancos Centrales, parecían conformar una excelente superestructura para un gobierno financiero mundial al servicio de la banca internacional de inversión y grandes corporaciones....
 
 

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