Fernando Lamata
Público
Aunque la sanidad pública española es considerada una de las mejores
del mundo, con un coste menor que los países de nuestro entorno y
mejores resultados en salud, se plantea con frecuencia la necesidad de
más copagos para contribuir a la financiación y frenar la demanda. Es
esta una modificación de calado que afecta y pone en riesgo los
fundamentos de nuestro modelo sanitario.
El copago (que debemos llamar repago, ya que todos pagamos impuestos
para sostener la sanidad pública), es decir, el pago de una parte de la
prestación por el paciente en el momento de utilizar un servicio
sanitario, responde conceptualmente a un modelo privado de atención: que
cada uno cuando esté enfermo se pague lo suyo. Sin embargo, la sanidad
pública se desarrolla al comprobar que la mayoría de las personas de
clase media y los trabajadores, con rentas medias y bajas, no podrían
pagarse la atención médica, incluso se arruinarían (como pasa con
frecuencia en EEUU), si tuvieran una enfermedad grave o una enfermedad
crónica.
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