Borja Monreal
FP (Foreign Policy).
Producción de alimentos, explotaciones mineras, recursos madereros,
producción de biocombustibles, Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) o
mera especulación, son algunos de los motivos que han movido a
inversores internacionales a comenzar una masiva compra de tierras en
África. Este fenómeno, que alcanza ya dimensiones enormes (33,5
millones de hectáreas compradas o concedidas desde 2001, tres veces y
media el tamaño de Portugal), está actualmente cambiando todos los
conceptos que rodeaban a la producción alimentaria global y cómo esta
afecta a las comunidades locales.
Este interés creciente por la tierra se explica en un contexto de crecimiento de la población mundial (se calcula
que en 2050 habitarán la tierra 9.300 millones de personas), un aumento
de la demanda de tierra por habitante y la cada vez mayor degradación
medioambiental del planeta. Además, el incremento de los precios de las
commodities tras la crisis alimentaria de 2008, ha contribuido también a la formación de un escenario idóneo para el boom de la demanda de tierra.
Paradójicamente, esta práctica que en un principio se planteó como
un nuevo modelo para el fomento de la Inversión Extranjera Directa
(IED) y, por consiguiente, un mecanismo para promover el empleo local,
la transferencia tecnológica y la mejora de las infraestructuras
locales, está convirtiéndose en una nueva forma de abuso de poder entre
los inversores internacionales y las élites locales, que puede
provocar perjuicios importantes para los países receptores y sus
poblaciones.....
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