Alberto Garzón Espinosa
Consejo Científico de ATTAC España
La crisis ha puesto de manifiesto la
naturaleza real del sistema político que tenemos. Más concretamente ha
puesto de manifiesto que el sistema político actual no sirve para nada
porque no es el espacio donde reside el poder. El poder, más al
contrario, se encuentra en las grandes empresas y particularmente en la
gran banca comercial privada y los multimillonarios fondos de
inversión que ésta gestiona. Este poder económico es el que controla
los mercados financieros y el que chantajea a los gobiernos
exigiéndoles la aplicación de duros planes de ajuste que nadie ha
votado.
La democracia ha quedado relegada a un
segundo lugar o, más correctamente, ha sido desenmascarada. Saramago
decía hace muchos años que vivíamos en una burbuja democrática donde el
poder residía realmente en las grandes instituciones financieras
internacionales, y la crisis no ha hecho sino darle absolutamente la
razón. La democracia política, nuestra democracia, se revela ahora
claramente como un elemento de marketing que disfraza y justifica una
horrible dictadura: la dictadura del capital, del dinero y del “tanto
tienes, tanto mandas”.
Pero no hemos llegado aquí ni por casualidad ni tampoco de una forma inevitable. Y por eso mismo tenemos alternativas.
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