CADTM
Rebelión.
La crisis sacude a la Unión Europea hasta sus cimientos. Para muchos
países la soga de la deuda pública se cierra en torno a sus cuellos,
presos de los mercados financieros. Con la complicidad activa de los
gobiernos, de la Comisión europea, del Banco Central Europeo y del FMI,
las instituciones financieras que originaron la crisis especulan con las
deudas de los Estados y exigen el reembolso al precio de una austeridad
salvaje. Se ha lanzado una ofensiva brutal contra una serie de derechos
económicos y sociales de la mayoría de la población.
La
reducción de los déficit públicos no debe hacerse reduciendo los gastos
públicos sociales, sino por medio del incremento de los ingresos
fiscales, la lucha contra el fraude fiscal y gravando más el capital,
las transacciones financieras, el patrimonio y las rentas de los ricos.
Para reducir el déficit es necesario también reducir radicalmente los
gastos producidos por el reembolso de la deuda pública, cuya parte
ilegítima se debe anular. El recorte de los gastos debe aplicarse
también al presupuesto militar, así como a los gastos socialmente
inútiles y peligrosos para el medio ambiente. A cambio es fundamental
incrementar los gastos sociales, en particular para paliar los efectos
de la depresión económica. También se deben incrementar los gastos en
las energías renovables y en determinadas infraestructuras como los
transportes públicos, los centros educativos o los centros públicos de
salud. Una política de relanzamiento por la demanda pública y por la
demanda de la mayoría de los hogares también generará una mayor
recaudación de impuestos. Pero, más allá, la crisis debe ser la
oportunidad de romper con la lógica capitalista y de realizar un cambio
radical de sociedad. La nueva lógica que hay que construir deberá dar la
espalda al productivismo, incluir el factor ecológico, erradicar las
diferentes formas de opresión (racismo, patriarcado…) y promover la
propiedad común.....
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