La gestión de la crisis financiera por parte de los gobiernos
europeos, rescatando a los bancos y recortando derechos sociales,
provocará sin duda un empobrecimiento de amplios grupos de la población
y, cabe esperar, aumentará la conflictividad social. El gobierno del PP
ya está pensando en estos términos y ha lanzado en consecuencia una
propuesta de reforma del código penal. El Observatorio Metropolitano, ya anunciaba en un libro recién publicado, Spanish Neocon,
que ante las escasas perspectivas de mejora económica, la derecha
podría empezar a construir un discurso que ponga el foco sobre la gente
que está pagando la crisis y quienes protestan contra las medidas del
gobierno, utilizando términos tales como “delincuentes”, “vagos” y
“violentos”.
Es una vieja estrategia, bien conocida en EEUU, por la que los pobres
son culpabilizados de su desempleo, carencia de casa o necesidad de
apoyo social. El que no tiene empleo pasa a ser un “vago” o un
“parásito”, los que se movilizan son considerados “delincuentes” o
“busca-jaleos”. Se crea una línea divisoria entre aquellos que mantienen
el empleo o un pequeño negocio, “gentes de bien”, y quienes ponen en
“riesgo” su tranquilidad: los desempleados, los que protestan por la
situación, los que recurren al pequeño robo, a la compra-venta alegal o
al menudeo. Esta estrategia busca hacer olvidar las causas políticas y
económicas de los actos de estas personas y convertir la crisis-estafa
en un problema de orden público......
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