Juan José Colomer Grau
Rebelión
Los mercados quieren confiar, están deseosos por confiar y dicen que
el camino que lleva a su confianza son draconianas reducciones del
déficit público y reformas laborales. Los mercados piden lo que quieren y
si se les satisface prometen arreglarlo todo en el futuro. Los mercados
quieren satisfacción inmediata para que en el medio y largo plazo todos
podamos optar de nuevo a una televisión de plasma. Mientras tanto, el
corto plazo ha quedado reducido al tiempo en el que unos pasan de cero a
cien millones en un segundo y otros ven como sus recursos se limitan a
buscar en la basura.
Los mercados piden y los gobiernos
reaccionan para satisfacerlos. Ahora bien, la satisfacción no ofrece
garantías y todo se resuelve en una cuestión de fe, de ahí la apelación
al futuro, camuflado en el medio y largo plazo. No obstante, en el corto
plazo, una vez legislado el primer tramo de satisfacción, los mercados
aseguran que no es suficiente. En otras palabras, no se sienten
satisfechos y su confianza requiere algo más, siendo la forma que tienen
de decirlo mediante aumentos de primas de riesgo y caídas de bolsa. Ya
lo hemos dicho antes, esto es tan solo un tramo, una etapa para que en
el medio y largo plazo todos podamos acceder a un trabajo e ir a la
discoteca para desahogarnos. Mientras tanto, en el corto plazo aumentan
las familias sin ningún tipo de ingresos al tiempo que aumentan los
beneficios en la compra de deuda soberana......
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