Alberto Garzón Espinosa
http://www.agarzon.net
El endeudamiento sirve para que una empresa crezca por encima de sus
posibilidades, ya que puede invertir en proyectos que de otra forma
serían imposibles de acometer. Imagínense un pequeño empresario con una
idea empresarial cuya puesta en marcha implicara un desembolso que
superara todas sus posibilidades financieras, y que con acceso al
crédito pudiera superar esas barreras.
De la misma forma el propio Estado puede beneficiarse del
endeudamiento, pues invierte en infraestructuras que a medio plazo
proporcionan incrementos de la productividad o desarrolla planes de
inversión productiva que reactivan el crecimiento económico. Todo ello
sin subir los impuestos. Incluso las familias pueden pensar en las
deudas como formas de inversión, siempre que estén asociadas a proyectos
que impliquen ingresos futuros –por ejemplo a través de desembolsos en
educación-.
Pero en el sistema económico capitalista las finanzas juegan un rol
contradictorio, pues a la vez que pueden fomentar el crecimiento
económico también pueden obstruirlo. Las finanzas son también una
punción sobre el beneficio, lo que quiere decir que quien presta el
dinero exige a su vez una contraparte en forma de intereses. Eso
significa que si los proyectos salen mal o el endeudamiento es excesivo
entonces la carga de la deuda se vuelve insostenible y deviene el
impago. Imaginen ese empresario que lleva a cabo el proyecto pero que
finalmente es un fracaso, lo que le impide cobrar los beneficios con los
que pensaba devolver las deudas. O un Estado que en vez de invertir en
desarrollo productivo dedica sus recursos al simple despilfarro, o las
familias que se endeudan, atraídas por bajos intereses, ad infinitum......
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