jueves, 5 de abril de 2012

Platón, ahora neoliberal

Antonio Aramayona – ATTAC CHEG Aragón
El Periódico de Aragón.
 
Platón creyó haber encontrado la llave para tener una sociedad justa y equilibrada, cuyos ciudadanos fueran felices. Clasificó a los seres humanos en tres clases distintas, según sus inclinaciones naturales: trabajadores, guerreros e intelectuales. Los primeros debían hacer bien aquello para lo que estaban naturalmente dotados: comer, dormir, procrear y sobre todo trabajar. Si así lo hacían, sin rechistar ni cuestionarse nada, serían felices e incluso podrían subir de escalón en próximas vidas. Los guerreros debían dedicarse para alcanzar la felicidad a cosas arriesgadas y exigentes (ejército, policía, atletismo…). Tampoco ellos debían cuestionar si aquello funcionaba bien o mal, pues para eso estaban las personas pertenecientes a la tercera clase: los capitostes, los intelectuales, los únicos dotados de una visión global y certera de la realidad, dedicados a pensar sobre el interés general de la ciudadanía. Si cada uno está en su sitio, haciendo lo que debe, la sociedad resultante es justa, feliz y equilibrada.
 
Desde aquel entonces, hace ya más de 2.400 años, ha habido otros muchos intentos de convencer a la gente de que lo que mejor que puede hacer es asumir su condición personal y social, así como el estado de cosas existente en su entorno, y resignarse a lo que hay (básicamente, un reducido núcleo de ricos, privilegiados y bienvivivientes, y una amplísima mayoría de currantes y sobrevivientes). Eso sí, siempre se nos ha ido repitiendo el mensaje (=la estafa) de que, si somos buenos, la situación podría mejorar en un magnífico paraíso, una vez muertos, enterrados y definitivamente calladitos......
 
 

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