Apuntes para la reflexión sanitaria.
Los
españoles llevan cofinanciado la sanidad desde mucho antes de que se implantara
el Sistema Nacional de Salud e incluso antes de la creación del INSALUD (1978).
En términos de economía de la salud, llevamos sufriendo tres formas de copago:
la económica, la no prestación de ciertos servicios sanitarios y la de las
listas de espera.
La primera es por todos conocida, el 40% del valor del
medicamento en las recetas de activos de la Seguridad Social
(y del 30% en activos y pensionistas de MUFACE); en la segunda destacan, por
poner algunos ejemplos, la ausencia de una atención odontológica pública de
calidad o las lentes para los problemas de agudeza visual y, la tercera, es una
interpretación de la “teoría de colas”, el tiempo que un paciente permanece en
espera para recibir una asistencia sanitaria tiene una traducción económica en
términos de disminución de su producción o consumo. Un claro ejemplo de esto, es
el paciente en Incapacidad Laboral que espera una prueba diagnóstica o una
intervención quirúrgica. Permanecer en una lista de espera traduce una
inversión insuficiente en recursos
humanos o infraestructura o, también puede ser, una mala gestión.....
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