Público.es.
A pesar de los esfuerzos realizados por la prensa griega para
silenciar el suceso, la opinión pública de Europa se ha visto
sobrecogida por el suicidio público del farmacéutico griego Dimitris
Christoulas, de 77 años de edad, en la plaza Sintagma de Atenas. Este
suicidio no es uno más de los muchos que ocurren en Grecia como
consecuencia de la crisis. Tiene una importante dimensión política,
porque así lo ha querido su autor suicidándose en público frente al
Parlamento griego y dejando un escrito que es casi un manifiesto. “Dado
que no tengo una edad que me permita responder activamente (aunque sería
el primero en seguir a alguien que tomase un kalashnikov), no encuentro
otro modo de reaccionar con dignidad que poner un fin decente a mi vida
antes de comenzar a rebuscar en la basura para encontrar comida”.
Christoulas, en la nota, hace responsable al Gobierno de Papademos,
al que califica de ocupación, de “aniquilar cualquier esperanza de
supervivencia” y lanza un grito que pretende ser una profecía: “Creo que
los jóvenes sin futuro algún día cogerán las armas y en la plaza
Sintagma colgarán a los que traicionaron a la nación lo mismo que los
italianos hicieron en 1945 con Mussolini”. A Papademos le dedica el
epíteto de Tsolakoglu, en alusión al que fue primer ministro de Grecia
en el Gobierno colaboracionista con los nazis durante la invasión de
1941.....
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