Albert Recio Andreu
Mientra Tanto.
A la hora de justificar sus decisiones, los políticos y los técnicos
de alto nivel apelan siempre a los aspectos colectivos. Las políticas se
hacen en beneficio del país, de la Unión Europea, de la economía
mundial. Como si las colectividades fueran homogéneas, cohesionadas y
participativas, y estuviera claro que los intereses del conjunto son
también los de cada cual.
Esto es especialmente relevante cuando se trata de aplicar
“sacrificios” en forma de recortes de rentas, cambios en la jornada
laboral, aumentos de impuestos o cualquier otra medida que afecta a las
condiciones de vida cotidiana de la gente. Pero sabemos que en ningún
nivel de colectividad (desde la familia a la comunidad mundial) existe
igualdad entre sus miembros. Y también podemos observar que pocas veces
las medidas afectan por igual a todos.
Es posible que, en determinados momentos, las colectividades deban
realizar esfuerzos de austeridad, bien porque su comportamiento anterior
ha sido equivocado, bien porque deben hacer frente a una fuerza externa
que las obliga a ello. Si consideramos el impacto ecológico del modelo
de vida occidental, es evidente que estamos abocados, en un plazo de
tiempo más o menos corto, a realizar cambios importantes en nuestra
forma de vida que podemos asociar a la idea de austeridad. Si
consideramos la actual estructura de poder económico mundial, parece
difícil que muchos países puedan evitar recortes en su nivel de vida,
aunque en bastantes casos se trate de una imposición injusta.....
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