La Jornada.
Así como la
globalización fue borrando las fronteras nacionales en espacios cada vez
mayores del planeta y con ello los estados nacionales
cedieronsoberanía, la autonomía relativa del Estado, antaño indispensable para mantener los equilibrios y la cohesión social nacional, fue desdibujándose, y la sociedad política y la sociedad civil en algunos casos casi se confunden, y en otros es evidente la prevalencia de los intereses particulares –los más poderosos– sobre el interés general.
Estos cambios profundos en el Estado cobran formas distintas y tienen distinto alcance en el concierto mundial. La influencia de las fracciones más poderosos del capital (hoy por hoy, el capital-dinero, las instituciones privadas y las internacionales de la gran finanza), dominan, en algunos casos hasta la humillación, a algunos estados. Entre los casos más notorios está el nombramiento de un procónsul tecnocrático por el Fondo Monetario Internacional en Grecia, o por la troika (Banco Central Europeo, Comisión Europea y FMI), en el caso de Italia. Portugal es otro caso, aunque más embozado. Y ya van por España. La democracia que hasta ahora conocíamos en Occidente, se vuelve evanescente.....
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