Daniel Munevar
CADTM
A finales de los noventas una división de JPMorgan desarrollo un
mecanismo financiero diseñado especialmente para proteger a clientes de
pérdidas derivadas del default de bonos u otros instrumentos financieros
en su posesión. Dicho instrumento recibió el nombre de Credit Default
Swap (CDS), y en poco menos de una década paso de ser una obscura
invención de la ingeniería financiera a convertirse en una de las
herramientas preferidas para llevar a cabo especulación financiera a
gran escala que tiene lugar hoy en día. De ahí la importancia de
entender como dicho instrumento funciona y el rol central que están
jugando en las discusiones sobre la crisis de la deuda soberana en
Europa.
En términos prácticos, un CDS cumple la función de un
seguro sobre un instrumento financiero. Como en el caso de los seguros,
la entidad que busca la protección sobre un activo (un crédito o bono)
se compromete a hacer pagos regulares a cambio de protección por parte
de la aseguradora en caso de default. Sin embargo existe una diferencia
clave con los seguros tradicionales. Para obtener un seguro tradicional,
es necesario ser el propietario del activo sobre el cual se adquiere la
protección. Por ejemplo, una persona puede adquirir un seguro sobre un
automóvil o vivienda que sean de su propiedad, pero no puede hacer lo
mismo sobre el auto o vivienda de su vecino. La razón detrás de este
impedimento tiene que ver con la creación de incentivos perversos para
la destrucción de propiedad ajena. Si fuera posible para una persona
adquirir seguros sobre la propiedad de otras personas, en este caso de
su vecino, estaría en su interés incendiar el carro o vivienda de este
para así obtener la compensación monetaria entregada por la compañía de
seguros. ....
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