Juan Francisco Martín Seco
Sin Permiso
Una
superchería domina a menudo el discurso económico, la de la necesidad. Es
frecuente escuchar a los gobiernos que tal o cual medida es necesaria. “Ya nos
gustaría no tener que hacerlo, pero no queda otra alternativa”. Y esta letanía
es recogida y difundida por los altavoces mediáticos de los poderes económicos
que lo repiten una y otra vez, hasta que la población acaba aceptándola como
verdad indiscutible. Sin embargo, pocas realidades serán tan contrarias a la
ciencia económica como la necesidad. La economía comienza como disciplina allí
donde se da la posibilidad de elegir entre distintas opciones. En presencia del
determinismo, el problema económico desaparece.
Según la
famosa definición de Robbins, dos son los parámetros que enmarcan la actividad
económica: la escasez y la alternancia. Si falta cualquiera de estos elementos
no podemos hablar de problema económico. Escasez no se identifica con
necesidad, sino con limitación. Los recursos son limitados pero de usos alternativos.
Y ante cualquier medida económica siempre caben una o varias opciones. Bien es
verdad que la elección de una u otra nunca suele ser neutral. Se beneficia a
determinados grupos y se perjudica a otros.....
No hay comentarios:
Publicar un comentario