domingo, 20 de mayo de 2012

Socialización de pérdidas

Juan Fco Martín Seco
República.com
 
El Gobierno acaba de aprobar por decreto ley (lo de gobernar por decreto ley se ha convertido en una costumbre desde hace bastantes años en España) la cuarta reforma financiera. La ha aprobado el Gobierno, pero al igual que con la nacionalización de Bankia, no es fácil saber quién o quiénes han sido sus artífices. ¿En Europa o en España? Y si en España, ¿el Gobierno o más bien los titulares de los tres grandes bancos?
 
La última reforma consiste, entre otras medidas, en la creación de múltiples bancos malos con la denominación de “sociedades para la gestión de activos”. El quid de la cuestión radica sin duda en el precio al que las entidades financieras van a transferir los activos tóxicos a dichas sociedades. El decreto ley establece el valor razonable (que es tanto como no decir nada), pero en su ausencia o ante la imposibilidad de determinarlo, que es lo que ocurrirá a menudo, por el valor en libros, lo que en último término remite a la corrección o no de las provisiones realizadas. Al final, importa poco dónde se sitúe el agujero, lo relevante es fijar su cuantía y, sobre todo, quién es el que tiene que poner el dinero, y ahí me temo que todas las respuestas apuntan al sector público, es decir, a los contribuyentes, bien sea directamente prestando a los bancos para que cubran las provisiones, bien sea participando en las sociedades de gestión de activos........
 
 

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