lunes, 19 de marzo de 2012

Dejen de enredar con el PIB

Federico Mayor Zaragoza
 
Se avecinan cambios radicales. Gracias a las posibilidades de participación no presencial en pocos años tendremos unas democracias firmes y eficientes en cuyo contexto empezará a emerger el mundo que anhelamos.
 
Para establecer desde ahora los posibles escenarios del mañana –la anticipación es componente esencial de las cualidades que distinguen a la especie humana- es necesario disponer de criterios muy claros y precisos en relación a la “calidad de vida” en las distintas partes del mundo, de tal modo que los diseños del futuro representen exactamente lo que deseamos construir.
 
Y uno de los más falaces índices de crecimiento y de satisfacción de las necesidades básicas es el PIB, porque refleja el crecimiento económico conjunto pero no el bienestar de los ciudadanos.
 
Lo que interesa no es saber el “desarrollo” de un país sino cómo se distribuye, en qué medida llega a cada ciudadano, cuánto beneficia a los nativos, en qué se invierte…
  

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