José Martínez López
Apuntes para la reflexión sanitaria.
Como
ya he comentado en anteriores entradas,
el Producto Interior Bruto (PIB) es el indicador de la riqueza de una Comunidad
y puede expresarse como valor monetario total (nominal) o distribuido entre los
habitantes de la misma (per cápita).
Si
analizamos esa distribución de la riqueza entre las Comunidades Autónomas de
nuestro país, sorprende las grandes diferencias que se presentan entre ellas,
de los 30.683 euros que le corresponden a un ciudadano en el País Vasco a los
16.590 euros de otro en Extremadura, hay un abismo que representa el más
absoluto fracaso de las políticas de igualdad de todos los gobiernos nacionales
y autonómicos que han tenido la responsabilidad de hacer de España un país en
el que todos podamos vivir mejor y de manera parecida.
Fuente: INE |
El informe de la Fundación FOESSA
(2008) ya advertía el riesgo de desigualdad social como consecuencia de “la
descentralización de algunos servicios básicos de bienestar social”. Pero,
además, esa desigualdad social no solo se percibe en el nivel de riqueza de una
Comunidad Autónoma, sino que, incluso dentro de ella, la redistribución de la
riqueza puede ser muy cuestionada. El mismo informe indica que el 1% de los
hogares acumula el 12% de la riqueza. En el extremo contrario, la reducción de
la tasa de pobreza fue un logro de las políticas públicas durante la década de
los 90, pero en la última década “España
sigue encajada en un cluster periférico
dentro de la Unión Europea
y es el único de los países que partiendo de altos niveles de pobreza, salvo
Irlanda, no ha conseguido reducciones sustanciales de las tasas.” Si esto
se publicaba en 2008, al poco de materializarse los primeros efectos de la
crisis económica, asusta pensar qué puede estar pasando en este 2012 y lo que
vendrá en los próximos años......
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